miércoles, 6 de diciembre de 2017

Entrevistando a la Resistencia: Lydia Havens, poeta

En la onceava entrega de la sección Entrevistando a la Resistencia, en que entrevisto a activistas, artistas y, en la mayoría de los casos, ambas; os traigo una entrevista con Lydia Havens, poeta (Twitter: @lizardhavens / Instagram: @lizardhavens). ¡Podéis conseguir su poemario completo, "Survive Like the Water" (en inglés), aquí!

También he publicado la entrevista en inglés para que todas podáis leerla en ambos idiomas. ¡No soy traductora profesional, pero lo he hecho lo mejor que he podido!


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1. Mi verso favorito tuyo dice: “Los hombres me llaman sexy de la misma forma en que me avisan de que me sangra la nariz”. Esto me hace pensar mucho en la misoginia, la (hiper)-sexualización y la deshumanización. ¿Cuál es, para ti, el problema principal con cómo los hombres tratan a las mujeres en un mundo patriarcal? ¿Cuál es, para ti, la clave para construir relaciones, tanto sexuales como románticas, en las que la compasión y el respeto sean la clave en vez de la violencia y el poder?

Desde mi experiencia personal (lo que no quiere decir que este sea el caso para todo el mundo), el mayor problema ha consistido en todas las formas en que los hombres pueden desautorizarme. A menudo los hombres desautorizan mis talentos y habilidades cuando se trata de mi trabajo. A menudo los hombres desautorizan mis experiencias y emociones cuando se trata del hecho de que soy superviviente de trauma (y cuando se trata sencillamente del hecho de que soy una persona más joven que se identifica y se presenta de forma “femenina”). Esto puede ser molesto y exasperante si tengo suerte, y directamente peligroso si no la tengo. Me han amenazado por tener demasiada ambición, y me han amenazado por sentir demasiado. Así que, quizás, mi problema principal ha sido que no importa cómo me presente, normalmente no me siento a salvo. Creo que la compasión es normalmente la solución “fácil” –muchos hombres en mi vida no asociaban o todavía no asocian la compasión con la masculinidad o con “ser un hombre”, lo que creo que contribuye en gran medida a la misoginia.


2. ¿Qué influencias, qué temas han conformado tu acercamiento tanto al feminismo como a la “mujeridad”?

De hecho, recientemente he salido del armario y he empezado a identificarme públicamente como persona no binaria, así que no creo que pueda verdaderamente hablar de lo que la “mujeridad” ha llegado a significar para mí. Pero mis mayores influencias en mi feminismo y en mi “feminidad” son las mujeres que me han criado, y mi comunidad. Mi madre nos crio a mi hermana y a mí completamente sola durante alrededor de 5 años, todo mientras trabajaba a jornada complete como abogada de oficio. Mi abuela fue profesora de inglés durante 40 años, y ahora invierte su tiempo en un voluntariado como mentora para niños y niñas de acogida. He crecido a base de historias sobre todo lo que han superado, tanto en sus lugares de trabajo como en sus vidas personales. Ahora mismo trabajo como Mánager de Comunicación & Eventos para una organización literaria sin ánimos de lucro dirigida principalmente por mujeres y personas no binarias. Antes de eso, trabajaba para otra organización literaria sin ánimos de lucro que hacía un montón de necesario trabajo de activismo, tuviese que ver o no con la poesía. Ha sido ese tipo de trabajo lo que me ha influenciado más como feminist y activista, y las personas que había detrás. Me gustaría dar algunos nombres: Sarah Gonzales, Teré Fowler-Chapman, Tara Lzicar, Cheryl Maddalena, Kate Lange.

Creo que mi feminismo está directamente relacionado con mi identidad: soy superviviente de trauma, convivo con “trastornos mentales” y soy “queer”, y eso me ha influenciado definitivamente, pero también lo han hecho las partes más privilegiadas de mi identidad. Soy una persona blanca, capacitada físicamente, he fluctuado entre diferentes posiciones de clase un par de veces en mi vida, y a pesar de que soy una persona no binaria, la mayoría del tiempo todavía “paso” públicamente como mujer cisgénero. No quiero sencillamente luchar por los derechos de las personas que se parecen a mí –quiero luchar por los derechos de todas las personas que todavía necesitan derechos.


3. En tu poema “Chica” Es El Color Más Cálido, nos encontramos con el verso: “dos chicas besándose en París, ignorando la política que hay en esto.” Esto me hace pensar en si podemos encontrar un cierto equilibrio entre admitir que todo arte es político y no debemos fingir lo contrario, y encontrar un lugar de confort donde podamos sencillamente existir sin seguir luchando más de lo que ya lo hacemos sencillamente existiendo. ¿Qué piensas sobre esto? ¿Es posible conseguir ese equilibrio?

Con ese verso en particular, en realidad no estaba pensando sobre cómo el arte puede ser político –estaba pensando sobre cómo sencillamente existir puede verse como algo político. Recuerdo que, después del tiroteo de Pulse en Orlando, estaba hablando con alguien a quien conocía de mi infancia sobre las acciones que podía llevar a cabo como una persona blanca, cisgénero y heterosexual, y contestó: “Sencillamente odio la política. No quiero involucrarme en nada más desastrado que mi propia vida.” Esa respuesta fue por supuesto exasperante, pero también fascinante de cierta manera, para mí. Como persona “queer” nunca he pensado en esto como en la política; siempre he pensado en ello como en mi experiencia de vida, y la experiencia de vida de otras personas en la comunidad LGBT+ (y en el caso del tiroteo de Pulse, se trataba de la experiencia de vida de las personas LGBT+ racializadas).

Así que aunque los derechos LGBT+ casi siempre se enlazan directamente con la política, yo siento que mi existencia como una persona que no es cisgénero, que no es heterosexual no siempre tiene por qué ser política. La mayoría del tiempo, sencillamente estoy existiendo.


4. ¿Cómo te diste cuenta de que no eras heterosexual? ¿Qué le dirías a una persona más joven que se da cuenta de lo mismo, que se siente sola, aislada…? ¿Cómo intentarías transmitirle algo de esperanza, apoyo, e incluso algo del deseo de luchar contra este mundo heteronormativo?

Me di cuenta de que no era heterosexual a una edad bastante temprana –alrededor de los 12 o así. Crecí alrededor de algunas familiares y amigas de la familia que no son heterosexuales, y que fueron lo bastante maravillosas como para tomarse el tiempo de contestar muchas preguntas que yo tenía sobre mi propia sexualidad. Me identifiqué 100% como persona “gay” durante bastante tiempo, pero me di cuenta hará un año y medio de que eso no era necesariamente cierto para mí, así que me he identificado como bi desde entonces. Salir del armario a una edad tan temprana mientras asistía a una escuela de secundaria bastante conservadora no fue… la experiencia más agradable. Me enfrenté a mucha homofobia verdaderamente violenta (en lo que no voy a entrar ahora), pero ahora me hallo en un lugar en mi vida en el que puedo, mayoritariamente, ser quien soy sin miedo. Ese es un enorme privilegio que trato de no dar por hecho.

Lo que les diría a personas más jóvenes que estén enfrentándose a problemas similares sería: no le debéis a nadie una explicación sobre quiénes sois, y a quiénes amáis, sobre todo si esa explicación os pone en peligro. No os sintáis obligadas a salir del armario, y recordad que no tenéis por qué salir del armario con todas las personas de vuestra vida. Encontraréis formas de amar quienes sois que serán calladas y discretas, y esas formas importan exactamente lo mismo que las ruidosas y orgullosas. Vosotras importáis, y nadie puede quitaros eso. Aferraos a vuestras heroínas LGBT+, pero encontrad a la heroína que hay en vosotras mismas, también.


5. Una de mis frases favoritas en el mundo, de Dunya Mikhail, dice: “Todavía siento que la poesía no es medicina –es una radiografía. Te ayuda a ver la herida y entenderla.” ¿Qué significa la poesía para ti, cómo te ayuda a seguir respirando, a mantenerte viva en un mundo tan duro, tan cruel?

¡De hecho, acabo de terminar un proyecto para una clase que habla sobre exactamente esto! Empecé a escribir poesía en un momento de mi vida que era increíblemente oscuro y estaba lleno de tragedia, como un medio para intentar entender esas tragedias. La escritura se convirtió muy rápidamente en un medio de supervivencia para mí, también, y en un medio para sentir que se me escuchaba. Siempre he tenido una voz, pero la poesía me enseñó cómo utilizar esa voz. Así que ahora, como persona adulta, me he dado cuenta de que no creo que pudiese sobrevivir sin escribir (o podría, pero sería sencillamente absolutamente lamentable para mí). La poesía está conectada con tantas de las cosas buenas que están presentes en mi vida actual: he conocido a todas mis mejores amigas a través de la poesía. Cuando la gente les pregunta a mis padres lo que su hija mayor hace, dicen: “Es poeta” con orgullo. He encontrado mi mayor felicidad a través de la poesía, y mirando en retrospectiva, sinceramente no estoy segura de si seguiría viviendo si no hubiera empezado a escribir y recitar poesía de forma tan febril. La poesía me encontró cuando lo necesitaba totalmente, y me ha ayudado a sobrevivir, pero también a vivir, desde entonces.


6. ¿Cómo te sientes al escribir poesía en este momento, en un mundo completamente dominado por escritores hombres pero que, al mismo tiempo, está siendo testigo del nacimiento de tanta poesía escrita por mujeres y personas alineadas con la “mujeridad” marginadas por la sociedad?

Jaja, a veces puede ser un poco frustrante si hablo con sinceridad. Ha habido tantos momentos en los que los hombres han recibido reconocimiento por mis éxitos como poeta (otros poetas, que sucede que son hombres, unos pocos profesores/mentores –incluso mi padre en algún momento, y mi padre no es un escritor de ningún tipo), o he trabajado en proyectos con poetas hombres en los que han acabado siendo ellos los que han recibido la mayoría del reconocimiento y la gloria. Pero también he tenido la suerte suficiente como para convertirme en parte de una comunidad verdaderamente maravillosa de mujeres/personas de género disconforme/personas no binarias/personas “femme” poetas, y aunque la mayoría del tiempo estamos sencillamente creando vínculos a partir de nuestras frustraciones y agotamiento a raíz de estos problemas compartidos, creo que estamos haciendo un trabajo increíble aun así. Algunas de las poetas más espectaculares que conozco no son hombres, y sucede que todas ellas son algunas de las poetas más infravaloradas que conozco, también.

Me gustaría finalizar esta conversación con una lista de mujeres/personas de género disconforme/personas no binarias/personas “femme” poetas que verdaderamente adoro (la cual está totalmente abreviada, y si pudiera sencillamente me pasaría todo el día siguiente dando nombres): Dorothy McGinnis, Linette Reeman, Alexa Lemoine, Faith Culhane, JohnQ, Sara Mae, Jess Rizkallah, Talicha Johnson, Taylor Steele, Cecily Schuler, and Evander Meraki.

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